Objeto de la Obligación

El objeto de la obligación es la prestación prometida, aquello que el deudor tiene como obligación cumplir y el acreedor derecho a exigir. El objeto de la obligación se refiere a aquello que es materia de la misma, es decir, la prestación o conducta que el deudor se encuentra obligado a realizar en favor del acreedor. El objeto de la obligación puede consistir en dar, hacer o no hacer algo. 
  • Obligación de dar: En este caso, el objeto de la obligación es una cosa corporal o incorporal que el deudor debe entregar al acreedor. Por ejemplo, el pago de una suma de dinero, la entrega de un bien mueble o inmueble, etc.
  • Obligación de hacer: Aquí, el objeto de la obligación es una actividad o servicio que el deudor debe llevar a cabo en beneficio del acreedor. Por ejemplo, la realización de una obra, la prestación de un servicio profesional, etc.
  • Obligación de no hacer: En este tipo de obligación, el objeto consiste en que el deudor se abstenga de realizar determinada conducta en perjuicio del acreedor. Por ejemplo, no divulgar información confidencial, no competir deslealmente, etc
La prestación objeto de la obligación, tiene que cumplir ciertos requisitos los cuales son:
  • Posibilidad original. El objeto de la obligación debe ser posible tanto física como jurídicamente. En cuanto a la posibilidad física, se refiere a que la prestación o conducta requerida por el acreedor pueda ser realizada en términos prácticos. Por ejemplo, si se establece como objeto de la obligación entregar una casa específica, esta debe existir y ser accesible para el deudor. Por otro lado, la posibilidad jurídica implica que la prestación no debe ser contraria a la ley o al orden público. Por ejemplo, si se pacta una obligación de realizar una actividad ilícita, esta no será posible jurídicamente y, por lo tanto, no será válida.
    Licitud. El objeto de la obligación debe ser lícito, es decir, no debe contravenir disposiciones legales o principios éticos fundamentales. Si la prestación es contraria a la ley, inmoral o va en contra del orden público, se considerará ilícita y la obligación será nula o inexistente.
  • Determinabilidad. El objeto de la obligación debe ser determinado o determinable. Esto significa que debe ser posible identificar claramente qué es lo que se debe entregar, hacer o no hacer. La determinabilidad puede ser directa, cuando el objeto está perfectamente identificado, o indirecta, cuando se establecen criterios o parámetros para determinarlo en el futuro. Es importante destacar que, aunque el objeto debe ser determinado o determinable, no es necesario que esté presente al momento de celebrar el contrato o de constituirse la obligación. Sin embargo, debe ser susceptible de identificación en el futuro.
  • Objeto de comercio. El objeto de la obligación debe ser algo que pueda ser objeto de relaciones jurídicas y que esté dentro del ámbito de comercio. Esto significa que debe ser un bien o una prestación que tenga un valor económico y que pueda ser objeto de transacciones y contratos en el ámbito comercial. No cualquier cosa puede ser objeto de comercio, existen bienes o actividades que, por su naturaleza, están excluidos del comercio según la legislación aplicable. Por ejemplo, ciertos bienes inalienables o servicios que están regulados de manera especial.
  • Causa.  La causa se refiere al motivo o razón que justifica la celebración del contrato u obligación. En el derecho civil mexicano, la causa debe ser lícita, es decir, no debe ser contraria a la ley o al orden público. La causa también debe ser real y existente, es decir, debe tener una justificación económica o social válida. La causa puede estar vinculada directamente al objeto de la obligación, ya que es común que las partes celebren contratos con el fin de obtener un beneficio o satisfacer una necesidad relacionada con ese objeto. La causa es un elemento esencial para la validez y eficacia del contrato u obligación, y su ausencia puede llevar a la nulidad del mismo.