De lege lata

De lege lata, también conocido como lata lex, es una frase latina que significa "como es la ley" o "la ley que existe  Se aplica para referirse a la legislación establecida, tal como se encuentra en la actualidad. En terminología legal, el concepto se usa a menudo para comparar y contrastar una ley existente para un proyecto de ley.

La ley no siempre es completa. La historia ha demostrado que, en lugar de ser un absoluto, a menudo se hace que la ley cambie y cambie con los correspondientes cambios de tiempo. Las adiciones, enmiendas y derogaciones a menudo se realizan para cambiar la ley de un estado actual a un futuro basado en nuevas preocupaciones o cambiar la política social. Para entender cómo cambiar una ley, primero se debe entender de lege lata.

Por ejemplo, comprender este concepto puede ser importante si un legislador desea derogar o cambiar una ley basándose en una teoría de la intención legislativa. Este es un tema controvertido, ya que algunos abogados, políticos y jueces creen que todas las decisiones y leyes deben basarse en lo que la ley realmente dice y no en lo que se supone que debe decir. El estudio de la historia legislativa para comprender mejor la intención legislativa con el fin de efectuar un cambio en la ley que hará que de lege ferenda sea diferente de lata lege está prohibido en algunos sistemas y fomentado en otros.

Uno de los problemas que puede llevar a un nuevo estudio y controversia sobre el de lege lata es que las leyes a menudo se escriben en un lenguaje formal y arcaico. Las palabras cambian de significado y caen fuera de acción a lo largo del tiempo, por lo que es vital asegurarse de que lo que dice la ley sea lo que realmente significa. Los argumentos sobre cuál es la mejor interpretación de una ley en particular se sostienen de manera regular y enérgica en los círculos legales.

Por el contrario, de lege ferenda se suele interpretar como muy restrictivo. Hay muchas ideas posibles y máximas que presumiblemente podrían ser la ley, pero estas no son la base de este concepto. Para ser verdaderamente contrario a de lege lata, una ley debe ser propuesta o al menos haberla concebido. Esto puede ayudar a limitar el debate sobre cambios o nuevas leyes a aquellos que son realmente concebibles legalmente, en contraposición a ideas que pueden ser buenas pero a menudo difíciles o imposibles de implementar en la ley.