Ley de desamortización de bienes en manos muertas

Esta ley se decretó el 25 de junio de 1856 por el Presidente Comonfort y es conocida como la Ley Lerdo.

La ley lerdo o desamortización de bienes en manos muertas permitía poner a la venta, después de llevar acabo una expropiación forzosa y mediante una subasta pública, las tierras y bienes que hasta ese momento no podían formar parte del mercado y que se encontraban en poder de las denominadas manos muertas, es decir, la Iglesia Católica o las órdenes religiosas que los habían acumulado como habituales beneficiarias de donaciones, testamentos y abintestatos. También los llamados baldíos y tierras comunales de los municipios. Tenia como objetivo acrecentar la riqueza nacional y crear una burguesía y clase media de labradores propietarios.