Cessante ratione legis, cessat et ipsa lex

Termino jurídico en latín que puede traducirse como "Cesando el motivo de la ley, cesa la ley misma". La mayoría de las leyes se presentan para responder a situaciones que existen en un momento determinado en el tiempo. Con la evolución de la sociedad, llega el momento en que una ley no tiene relevancia para la sociedad moderna.

Un ejemplo claro, es la ley marcial declarada en tiempos de crisis, esta pierde rápidamente relevancia a medida que la sociedad se calma o la crisis desaparece y ya no se requiere un estado de emergencia.

Es una de las máximas más antiguas conocidas por nuestra ley y nuestros tribunales la siguen constantemente. Esto significa que ninguna ley puede sobrevivir a la razón por la cual se funda. No necesita estatuto para cambiarlo; se abroga.

Este proceso de selección y rechazo se ha aplicado a la ley establecida en las legislaciones; aquellas normas que aun forman parte de nuestra ley moderna, han sobrevivido porque se adaptan a las leyes actuales y las necesidades de la sociedad.

Es muy importante para el crecimiento de la ley que tenga el poder inherente de desechar las reglas de la ley anticuadas o erróneas, como que tenga la capacidad de desarrollar nuevas doctrinas adecuadas a las necesidades de los tiempos.