Cum finis est licitus, etiam media sunt licita

Es una frase en latín que puede traducirse como "cuando el fin es lícito, también lo son los medios utilizados".

Se a atribuido, erróneamente, esta frase al escritor, y personaje renacentista, Nicolás Maquiavelo, quien opinaba firmemente que la manera más amoral y déspota de hacer política se justifica cuando esta tuviere como objetivo alcanzar un bien mayor. Existen fuentes que atribuyen esta frase Napoleón Bonaparte quien la dijo tras la lectura de ‘El Príncipe’, la obra más insigne de Maquiavelo.

Esta frase pertenece al teólogo y jesuita alemán Hermann Busembaum, uno de los padres intelectuales de la casuística, quien sostenía que la mentira y la violencia eran justificables para salvar vidas o defender la religión, considerados ambos como bienes superiores.