Da mihi factum, dabo tibi ius

Da mihi factum, dabo tibi ius es una maxima en latín que sigue teniendo relevancia en las legislaciones actuales. Puede traducirse como: "dame los hechos, yo te daré el derecho".

Hace referencia a la facultad que tienen las partes de presentar ante el Tribunal, escritos de alegación, los hechos y el material probatorio que consideren oportuno en apoyo de sus pretensiones, y la obligación del juzgador de resolver el litigio ajustándose a las leyes aplicables.

El concepto se encuentra directamente relacionado con el principio a iura novit curia, el cual permite a los Jueces y Tribunales resolver los litigios con aplicación de normas distintas de las invocadas por los litigantes, respetando los hechos alegados.

Toda decisión de un juez debe sustentarse en lo establecido por las leyes, tanto la decisión como su motivación resultan de la apreciación de los jueces de las normas sustanciales según lo que las partes logren probar: “Dame los hechos, yo te daré el derecho” es el principio que desde el Derecho Romano gobierna la actividad de los jueces, y es que nada más objetivo que la Ley (que naturalmente evoluciona y que obedece a momentos históricos y políticos específicos) por ser general, impersonal, abstracta y obligatoria.