El animus necandi es la expresión latina utilizada para describir la voluntad de obtener la muerte de otros. Este es el elemento mental del delito de homicidio. Puede traducirse como voluntad o intención de matar.
Esta es una marca personal del asesinato en la medida en que permite distinguir este delito de las otras calificaciones posibles en caso de muerte de la víctima. Cuando un individuo ha muerto, se pueden aplicar de manera efectiva tres calificaciones criminales y se distinguen solo por la naturaleza de su elemento mental:
Para facilitar su establecimiento, la jurisprudencia no ha dudado en basarse en presunciones de hecho, que son un modo de razonamiento que permite, a partir de ciertos hechos materiales conocidos, inducir las circunstancias de la comisión de un ofensa. La mayoría de las veces, la prueba será traída por el estudio del acto físico.: una puñalada en el pie no demuestra intención homicida, mientras que una puñalada en el corazón, si.
Esta es una marca personal del asesinato en la medida en que permite distinguir este delito de las otras calificaciones posibles en caso de muerte de la víctima. Cuando un individuo ha muerto, se pueden aplicar de manera efectiva tres calificaciones criminales y se distinguen solo por la naturaleza de su elemento mental:
- asesinato (con el animus necandi, muerte autoinfligida)
- asalto intencional y agresión que resultó en la muerte sin intención de matar
- homicidio involuntario.
Para facilitar su establecimiento, la jurisprudencia no ha dudado en basarse en presunciones de hecho, que son un modo de razonamiento que permite, a partir de ciertos hechos materiales conocidos, inducir las circunstancias de la comisión de un ofensa. La mayoría de las veces, la prueba será traída por el estudio del acto físico.: una puñalada en el pie no demuestra intención homicida, mientras que una puñalada en el corazón, si.